En 2019, eran solo 300 alumnos y estaban al borde de la quiebra, hoy este colegio ha florecido hasta alcanzar hoy una población de 1.200 estudiantes y ostentar una amplia lista de espera, lo cual habla de su éxito.
“Pero esto no se hubiera podido hacer sin el apoyo fundamental de Banca Ética; porque conseguir un crédito bancario es imposible para un colegio y creemos que el apoyo de ustedes, a través de este crédito para comprar el colegio fue fundamental”, explicó Barba.
Desde Banca Ética el foco estuvo en revivir un colegio que en la gestión e infraestructura estaba destruido, con el fin de devolver a la comunidad Rengo acceso a educación y una oferta educativa de calidad.
La clave de este asombroso giro ha sido un proyecto educativo que valora la educación integral, integrándolas en los planes y programas de estudio. Esta visión ha cultivado campeones en cueca, fútbol, básquetbol, vóleibol y natación, elevando no sólo el rendimiento deportivo sino también la calidad de vida de los estudiantes.
La infraestructura del colegio ha recibido una atención igualmente importante. Problemas críticos como desagües desconectados y un sistema eléctrico deficiente han sido resueltos, y las salas de clases, una vez relegadas a oficinas, ahora brillan por su calidad, implementación tecnológica y seguridad para los estudiantes
La introducción de fibra óptica, una innovación en Rengo, ha sido un hito, permitiendo que, durante la pandemia, casi todos los estudiantes permanecieran conectados y participaran en clases virtuales innovadoras. Estos avances tecnológicos y pedagógicos han posicionado a Antilén como uno de los colegios más destacados de la región.